Son muchos los especialistas que afirman que, como en tantas otras áreas del saber, es en la Antigua Grecia donde se ponen los cimientos de un conocimiento que nos llega hasta hoy y que forma parte sustancial de la cultura de Occidente. En este caso se refiere a la ciencia médica, entendida esta en un sentido amplio pues en su origen prestaba atención no solo a los aspectos fisiológicos de la enfermedad sino también a lo que hoy definiríamos como psicológicos o emocionales en una visión que ya era claramente humanista cuando no vinculada también a lo trascendente, si bien cuando empieza a configurarse en una disciplina cada vez más codificada y estructurada se va alejando paulatinamente de lo divino y sobrenatural y se va acercando más al ser humano que comienza a ser el referente principal en el que observar los procesos de salud y enfermedad dejando fuera de esa mirada a los dioses y sus volubles caprichos.
El mito, muy rico en matices y referentes simbólicos, nos habla de Asclepios, hijo de Apolo, como el fundador de la medicina. Este héroe fue una suerte de médico-mago adiestrado en las artes sanadoras por el centauro Quirón y del que no disponemos de ninguna prueba histórica de su existencia si bien su figura está anclada de un modo definitivo al origen de la medicina. Sin embargo, sí sabemos que Hipócrates (c. 460 a.C.-c. 370 a.C.) fue un personaje histórico- aunque parte de su biografía sea más bien mítica- precursor de una verdadera praxis médica y recopilador y codificador de un corpus de conocimiento antecesor de lo que hoy podemos definir como medicina científica y cuyo libro fundacional sería el famoso Corpus Hippocraticum.
En El legado de Asclepio se repasa de modo exhaustivo, riguroso y ameno los textos y referencias clásicas relativas a ambos personajes y a la evolución de la medicina en la Grecia antigua. El autor, se adentra en los postulados que formaron los comienzos de la ciencia médica y cómo esta se va desarrollando hasta Platón y sus teorías médicas. A su vez profundiza en ideas como las que surgen en el debate entre la physis y la sanación mágica, el concepto de “enfermedad sagrada”, el de kairos, o el dualismo platónico de alma-cuerpo fundamental en la concepción de la fisiología humana que el filósofo ateniense plantea en el Timeo.
Una obra imprescindible para profundizar en el marco histórico-cultural de la medicina y conocer sus fuentes clásicas, en el entendimiento de esta como un conocimiento que, concebido en ocasiones como un arte y a la vez como un compromiso vital y ético, se enlaza de modo evidente con la filosofía de la que participa en su búsqueda y propósito de alcanzar y conocer lo más profundo de la naturaleza humana.