Abû Hâmid Muhammad al-Gazâlî fue uno de los hombres más cultivados de su tiempo. Su vasto conocimiento de la religión islámica y los aportes que hizo a la misma le hicieron valer los títulos honoríficos de “Restaurador de la religión” y “Prueba del Islam”.
Su aproximación a los estudios islámicos fue desde la perspectiva de la jurisprudencia religiosa y la teología especulativa primero, y desde la del sufismo después. De la síntesis de esas dos visiones, siendo de carácter intelectual la primera y mística la otra, surgen obras como el Tratado de los nombres divinos, el cual tiene su fundamento en la práctica tradicional islámica de recitar los nombres de Dios extraídos del Corán, los cuales aluden a los atributos por los que Dios se ha dado a conocer en la Revelación.
EDITORIAL TRITEMIO ofrece, por primera vez en castellano, una fiel traducción de esta gran obra, la cual sin duda hará las delicias tanto de los estudiosos como de aquellos sinceramente interesados en la espiritualidad.